La
noche estaba desierta, la luna creciente iluminante había salido como todos los
meses y ahí estaba el hombre corriendo, el iba buscando la salvación de su
vida, pero el cazador era mas rápido, tomo la flecha y la lanzo, el sabia que
no lo podía matar asi, pero era una buena opción para detenerlo.
La
flecha desestabilizo al hombre, el cazador apresuro el paso, el hombre dio el
primer golpee queriendo escapar, pero el cazador era un hombre entrenado,
llevaba años haciendo esa labor, los ojos oscuros del acechador brillaban por
la victoria, sus cabellos largos castaños se revolotearon por la fuerte
tormenta que venia en camino.
Lo
miro deseoso de ver la muerte, el deseo
de su peor enemigo, el vio el miedo reflejado en los ojos del hombre, sus ojos
comenzaban a convertirse en el blanco aterrador que todos temían siempre, pero
este individuo ya no tendría tiempo de escapar, no le haría daño a nadie.
-
Tu ultimo deseo
monstruo – el cazador lo miro con el odio que había sido insertado en el
durante toda la vida, el hombre se encontraba de bajo de el, había sacado el
puñal que le quitaría la vida al indefenso hombre de ojos blancos que se
encontraba en el suelo.
-
Monstruo yo – el
hombre le contesto su voz era tensa y dura, era ronca – quien esta matando a
quien.
-
Tu no debes de
existir- la rabia y el odio del cazador hacia el hombre no se podía disimular.
-
Si yo no existo,
tu gente no existirá, tu razón de ser es mi existencia.
-
Habla tu ultimo
adiós- el cazador le apuntaba con el arma-
-
No es un deseo –
dijo el hombre resignado – mas bien es tu futuro, un dia nosotros, mi especie
será mas y no podrán con nosotros, llegara el dia que tu descendencia cazador
no sea capaz de terminar con la mía- el cazador se burlo del hombre el sabia
que eso nunca iba a suceder.
-
Nunca pasara algo
asi, siempre los encontraremos y los mataremos asido asi desde milenios.
-
Claro que yo lo
se, pero un dia no podrás no lo vas hacer Gabriel- el cazador se sorprendió de
ver que el hombre sabia su nombre, la ira invadió su cuerpo.
-
Lo dudo mucho,
nunca sucederá algo parecido, siempre existirá el odio entre nosotros, siendo
eso lo único que tenias que decir, ah llegado la hora.
-
Espera – dijo el
hombre en forma de suplica-
-
Te ha perturbado,
lo veo en tu mirada, pero un dia no podrás acabarme, serás débil, en que años
estamos. – el cazador pensó la fecha- si lo recuerdo en septiembre de 1870. –
el cazador no quiso seguir perdiendo su tiempo escuchando las tonterías del
hombre que debía de morir, tomo el
puñal, y con la sangre fría lo enterró en el pecho del hombre, se levanto del
suelo, y disfruto como siempre lo hacia
la agonía del hombre sus ojos comenzaron a tomar el color grotesco sabiendo que
ya todo había acabado para el, el cazador sonrió había terminado con la vida de
aquel hombre.
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