PROLOGO
Mire detenidamente el cielo
y la única luz provenía de la luna brillante, que iluminaba la mitad de mi
rostro, mire a mi alrededor cansada de que todo pareciera igual.
Busque de nuevo en los
bolsillos de la sudadera, para encontrar lo mismo nada, ¿Cómo fui Tan estúpida?
Me pregunte, no tenía idea cuanto tiempo había estado caminando en círculos, me
había alejado del grupo en el campamento de verano.
Habíamos planeado el viaje
por más de dos meses, nuestro primer encuentro antes de que entráramos a clases
mi amiga Samia convenció a mamá de que me dejara venir, según ella seria una
excelente oportunidad para flirtear con
los chicos, claro que ella tuvo éxito gozaba de una excelente cabellera rubia,
un par de ojos Azules del color del mar. 2y su cuerpo parecía mas armonioso que
cualquier a contrario de ella yo carecía de ojos llamativos y en ves de esos
tenia ojos de un negro azabache, cabello de color zanahoria y un cuerpo plano
por completo.
No debía de pensar en esto
ahora – me dije estaba perdida en medio del bosque, no era un momento para
pensar en lo desafortunada que era al momento de mi aspecto.
¡que distraída eres Sara!
Chillo mama en mi mente, siempre me decía eso. Y no era mentira había perdido
mi brújula, GPS, móvil y solo tenía una sudadera y una blusa con tiras
delgadas.
Tenia que salir del lugar,
si es cierto que estoy perdida pero no por eso me detendría, necesitaba buscar
a los demás.
Camine tropezándome los pies con algunas ramitas, estaba tan
asustada que casi quería llorar, pero no podía. ¡Sara Cuidado, Ten Cuidado
Hija! Mama hablaba de nuevo en mi mente, no sabia como podía escucharla tan
real.
Camine en busca de una
salida, me detuve cuando, una pared transparente me golpeo la vista. Puse mi
mano, parecía como si estuviese una fuente de agua de pie hacia a mi, la pared
hizo una onda al movimiento, pero no hubo ninguna clase de reflejo.
¿Qué es esto? – me pregunte,
pero mi cerebro no respondió, no parecía una salida pero no me importo, nada me
importo. Metí un pie, y traspaso, pero no puede verlo, no veía nada en
absoluto. Termine de meter mi cuerpo, cuando abrí los ojos, parpadee, no creía
lo que veía.
Todo parecía como si
estuviese soñando, puse mis pies en el suelo, y camine, todo estaba lleno de
plumas, de todos los colores y había un cielo resplandeciente, parecía de día, quise caminar mas, tome una pluma entre mis
pálidos dedos. Era una pluma plateada tan hermosa, que parecía de un Ángel,
¿Ángel? Imposible me respondí.
Los Ángeles solo eran una
historia Celestial. Tome la pluma y me apodere de ella. Seguí caminando, todo
era de un verde intenso. No sabia porque me adentraba mas en el bosque solo
sabia que necesitaba seguirlo. Encontré una fuente de agua y me di cuenta que
sentía sed. Bebí agua con mis manos, deje el agua escaparse cuando la imagen en
el agua, me hizo voltearme.
Era casi una locura creer
que lo veía, me había atormentado durante las tres ultimas semanas y estaba
aquí, como se había salido de mi sueño, al ver mi mandíbula temblar, me sonrió
y tenia esa misma sonrisa, sus mismo cabello de color negro, y sus grandes ojos
Azules, su piel pálida mas pálida , su cuerpo parecía el de un atleta
experimentado, sentí un nudo en mi garganta al verlo, me nació una esperanza si
el estaba aquí era porque yo estaba soñando y no estaba perdida.
-
¿Qué haces aquí? – dijo con rudeza - ¿Cómo
llegaste? ¿nunca mencione esté lugar? – negué con la cabeza.
-
Donde Estoy – pregunte y mi voz sonó débil.
-
En la Ciudad de los Caídos – dijo como si
fuese obvio. – Sara como me encontraste.
Como
sabia mi nombre, ¿Quién era él? A caso, no, era imposible.
-
¿Quién eres tú? – Pregunte.
- Sabes
mi nombre, te lo dije ya.
Busque en mi mente.
- ¡Joel!
– susurre nerviosa.
- Sara.
No debiste venir, no sabes lo que sucederá ahora. No debiste Venir ante los
Caídos.
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