miércoles, 27 de marzo de 2013

ÁNGEL


PROLOGO

Mire detenidamente el cielo y la única luz provenía de la luna brillante, que iluminaba la mitad de mi rostro, mire a mi alrededor cansada de que todo pareciera igual.

Busque de nuevo en los bolsillos de la sudadera, para encontrar lo mismo nada, ¿Cómo fui Tan estúpida? Me pregunte, no tenía idea cuanto tiempo había estado caminando en círculos, me había alejado del grupo en el campamento de verano.

Habíamos planeado el viaje por más de dos meses, nuestro primer encuentro antes de que entráramos a clases mi amiga Samia convenció a mamá de que me dejara venir, según ella seria una excelente oportunidad para flirtear  con los chicos, claro que ella tuvo éxito gozaba de una excelente cabellera rubia, un par de ojos Azules del color del mar. 2y su cuerpo parecía mas armonioso que cualquier a contrario de ella yo carecía de ojos llamativos y en ves de esos tenia ojos de un negro azabache, cabello de color zanahoria y un cuerpo plano por completo.

No debía de pensar en esto ahora – me dije estaba perdida en medio del bosque, no era un momento para pensar en lo desafortunada que era al momento de mi aspecto.
¡que distraída eres Sara! Chillo mama en mi mente, siempre me decía eso. Y no era mentira había perdido mi brújula, GPS, móvil y solo tenía una sudadera y una blusa con tiras delgadas.

Tenia que salir del lugar, si es cierto que estoy perdida pero no por eso me detendría, necesitaba buscar a los demás.

Camine tropezándome  los pies con algunas ramitas, estaba tan asustada que casi quería llorar, pero no podía. ¡Sara Cuidado, Ten Cuidado Hija! Mama hablaba de nuevo en mi mente, no sabia como podía escucharla tan real.

Camine en busca de una salida, me detuve cuando, una pared transparente me golpeo la vista. Puse mi mano, parecía como si estuviese una fuente de agua de pie hacia a mi, la pared hizo una onda al movimiento, pero no hubo ninguna clase de reflejo.

¿Qué es esto? – me pregunte, pero mi cerebro no respondió, no parecía una salida pero no me importo, nada me importo. Metí un pie, y traspaso, pero no puede verlo, no veía nada en absoluto. Termine de meter mi cuerpo, cuando abrí los ojos, parpadee, no creía lo que veía.

Todo parecía como si estuviese soñando, puse mis pies en el suelo, y camine, todo estaba lleno de plumas, de todos los colores y había un cielo resplandeciente, parecía de día,  quise caminar mas, tome una pluma entre mis pálidos dedos. Era una pluma plateada tan hermosa, que parecía de un Ángel, ¿Ángel? Imposible me respondí.

Los Ángeles solo eran una historia Celestial. Tome la pluma y me apodere de ella. Seguí caminando, todo era de un verde intenso. No sabia porque me adentraba mas en el bosque solo sabia que necesitaba seguirlo. Encontré una fuente de agua y me di cuenta que sentía sed. Bebí agua con mis manos, deje el agua escaparse cuando la imagen en el agua, me hizo voltearme.

Era casi una locura creer que lo veía, me había atormentado durante las tres ultimas semanas y estaba aquí, como se había salido de mi sueño, al ver mi mandíbula temblar, me sonrió y tenia esa misma sonrisa, sus mismo cabello de color negro, y sus grandes ojos Azules, su piel pálida mas pálida , su cuerpo parecía el de un atleta experimentado, sentí un nudo en mi garganta al verlo, me nació una esperanza si el estaba aquí era porque yo estaba soñando y no estaba perdida.

-       ¿Qué haces aquí? – dijo con rudeza - ¿Cómo llegaste? ¿nunca mencione esté lugar? – negué con la cabeza.


-       Donde Estoy – pregunte y mi voz sonó débil.
-       En la Ciudad de los Caídos – dijo como si fuese obvio. – Sara como me encontraste.


Como sabia mi nombre, ¿Quién era él? A caso, no, era imposible.

-       ¿Quién eres tú? – Pregunte.


-       Sabes mi nombre, te lo dije ya.

Busque en mi mente.

-       ¡Joel! – susurre nerviosa.


-       Sara. No debiste venir, no sabes lo que sucederá ahora. No debiste Venir ante los Caídos.
 

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